La importancia de cultivar la sabiduría femenina

La sabiduría femenina es esa semilla que ya se encuentra en cada uno, sin importar el sexo o el género. Dentro de cada uno se encuentra la energía femenina y la energía masculina. Somos el resultado de esa unión.

Estamos viviendo un momento de gran transformación a nivel planetario. Podemos observar a nuestro alrededor las consecuencias que el sistema actual está generando en el planeta Tierra, consecuencias ambientales, sociales y económicas. Es por ello que la energía femenina está empezando a emerger en cada uno, para equilibrar y generar un cambio desde un lugar mucho más amoroso y en armonía con la naturaleza.

Es un gran llamado de la Madre Tierra a reflexionar sobre las formas en que vivimos en este gran hogar que todos compartimos.

Es importante aclarar que el sistema patriarcal no es la energía masculina, ni es tampoco una cuestión de género, es un sistema que nos atraviesa a todos por igual y es responsabilidad de cada uno reconocerlo y transformar esos comportamientos que ya son obsoletos y lejos de traer soluciones siguen generando consecuencias disarmónicas.

Por ello, la importancia de cultivar la sabiduría femenina, ya que es esa energía amorosa y compasiva que necesitamos para llevar a cabo esta gran transformación.

Una forma de cultivarla es a través del ciclo menstrual

Las que nacimos en un cuerpo femenino encarnamos un ciclo feminino biológico, al igual que la Madre Tierra, atravesamos distintas fases durante nuestro ciclo menstrual. Son las fases que se crean como resultado de la danza entre el sol y la luna. Así como la tierra pasa por el invierno, primavera, verano y otoño, nosotras vivimos la danza entre nuestro sol y luna interna. Atravesamos fases que son yin, es decir, fases femeninas, fases más pasivas, que nos invitan a la introspección, al encuentro con nosotras mismas, a la escucha interna, donde podemos tener más sueños y las visiones creativas se gestan. Y atravesamos fases yang o fases masculinas, que nos invitan a la acción, la expansión y a relacionarnos con los demás.

Es un tema que ha sido tabú durante mucho tiempo y en general lo asociamos con el dolor, el asco, el rechazo, justamente por la gran desconexión con nuestro ciclo natural y que lejos de padecerlo, es una fuente de placer y creación.

Es un llamado para que volvamos a nuestras raíces y recordemos toda esa sabiduría que llevamos dentro.

El ciclo menstrual es una herramienta de autoconocimiento natural y que está al alcance de todas, simplemente empezar a observar cada día nuestro cuerpo, emociones, pensamientos, relaciones y llevar un registro en un diario o diagrama lunar, podemos ir reconociendo el patrón que se va repitiendo en cada mes y empezar a usar el ciclo para nuestro crecimiento y evolución.

El empoderamiento femenino lejos tiene que ver con que seamos super mujeres, ni que salgamos a hacer lo mismo que los hombres, si no reconocer toda la gama de colores (estados emocionales) que nos atraviesan durante nuestro ciclo menstrual y que cada fase es importante para crear más vida.

Empoderarse no es, no caerse nunca, empoderarse es saber cómo volvernos a levantar cada vez que nos caemos. La vulnerabilidad lejos de ser debilidad es una fuerza sutil que nos da sensibilidad, nos hace más empáticos, auténticos, sinceros, permite aceptarnos tal cual somos y nos hace más humanos.

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