El verdadero encuentro tiene lugar en el límite

Quien no sabe decir no, enfermará. Quien siempre quiera responder a todas las expectativas, pronto notará con dolor sus límites. Pero sólo aquel que tiene su centro podrá crecer más allá de sus propios límites. Y quien sabe de sus límites, podrá acercarse al otro y encontrarlo verdaderamente.
Anselm Grün

Cuando hablamos de trauma, hablamos de ruptura de límites, que puede suceder por múltiples razones. Por lo que, restablecer y reconocer nuestro límite, es un proceso recurrente y necesario abordar en las sesiones.

Comunicar nuestros límites es algo que nos resulta difícil. Por lo general, ante la situación, sobreviene el miedo y el colapso. Tememos ser rechazados o abandonados, tememos perder el amor del otro.

Para respetar nuestro límite es necesario conectar con la agresividad saludable y por lo general nuestro sistema nervioso no tiene la capacidad suficiente para sostener esta carga y la reprimimos. Esto, al repetirse a lo largo de nuestra vida, nos va cargando de resentimiento, vergüenza y culpa.

El proceso de restablecer y reconocer nuestros propios límites requiere de ciertos pasos para ir desacoplando el miedo, ganar capacidad para conectar con la agresividad saludable, recuperar el autorespeto y la confianza en nosotros mismos que derivará de recuperar nuestra seguridad personal y de reconocer nuestras necesidades, sentimientos y deseos.

A medida que avanzamos en el proceso vamos adquiriendo cada vez más capacidad para comunicar de manera asertiva nuestros límites, respetarlos y amarlos, respondiendo desde nuestro centro.

Cuando comenzamos a tener conciencia de nuestros propios límites, respetarlos y validarlos, comenzamos a respetar y validar los límites de los demás y es allí donde el verdadero encuentro con el otro empieza a suceder, sin perdernos de nosotros mismos.

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